miércoles, 30 de abril de 2008

Crepitando

Tenemos una gran chimenea en el salón de casa y ayer la encendimos por primera vez. El invierno austral ha llegado de un día para otro, de golpe. Aquí no he visto grajos que vuelen bajo, pero hace un frío del carajo igual.
Yo la habría encendido hasta en verano, sólo por el placer de mirarla. Bueno, pues la encendimos sin mayor problema y ¿qué hicimos entonces? Podríamos habernos recostado lánguidamente a su vera, sobre una alfombra blanca y peluda de mismísimo oso polar, y bebido champán carísimo en copas que después habrían acabado en las ascuas. Pues no, nosotros asamos unos chorizos y vimos en TVE internacional un programa especial del Chikilicuatre. Con dos cojones, haciendo patria.
Ahí estaban Santiago Segura de esmóquin, una señorita que no conozco en vaqueros y el chikilicuatre, de sí mismo, con ese deje en su hablar que nos hace sospechar que es de por estos lares. También con dos cojones, riéndose de toda España, que le sigue el juego encantada. Porque qué importan la crisis inmobiliaria, el nuevo Ministerio de Defensa y Obstetricia, la leche por las nubes o las mujeres que siguen muriendo a manos de sus consortes o ex. ¿Qué importa nada, mientras todos nos sepamos el baile del chikilicuatre?
Dicen que la patria se siente más cuando uno está muy lejos. Yo la siento eso mismo, mucho más lejos. No la reconozco. Es como un gran chiste allá en lontananza. "La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María". Qué razón tenía el poeta. Dicen que murió de añoranza allá en Colliure. Yo no sé qué pensar.

2 comentarios:

David Torres dijo...

Defensa y Obstetricia, qué malos sois.
Un beso

Unknown dijo...

! Pero qué bien escribe mi niña !
Su madre